martes, 1 de diciembre de 2015

Full HD vs 4K. ¿Que diferencias hay?

Muchas veces, hablamos de píxeles para referirnos a una pantalla: 1980×1080 píxeles para el Full HD. Es decir, casi 2000 líneas en vertical y poco más de 1000 en horizontal. Esto nos deja unos cuantos millones de píxeles.
El Full HD está genial, pero lo importante es la densidad de píxeles. O lo que es lo mismo: la proporción de éstos por cada pulgada. No es lo mismo una pantalla Full HD es un smartphone de cinco pulgadas que en una tele de 40 pulgadas o más.
Dicho esto, ¿qué tiene que ver esto con el 4K? Muy sencillo, que la principal diferencia entre el Full HD y el 4K lo veremos en la cantidad de información que veremos en cada pulgada. Veremos más detalles que antes era imposible mostrar.
Siempre decimos que la resolución del 4K es cuatro veces superior al Full HD. Es cierto, pero no implica televisores más grandes sino, como decíamos, más información por cada pulgada. Podemos ver en algunos esquemas cómo es la diferencia.

Sin embargo, es imposible demostrar de forma realista en una imagen cuál es la diferencia. Podríamos hacerlo, pero no haría justicia al resultado final porque, ahora mismo, estamos leyendo esto a una resolución determinada.
Es por eso que, antes de ver un televisor 4K, entendemos este concepto: la densidad de píxeles. Esta es la clave para entender la principal diferencia y por qué nuestra tele de 40 pulgadas actual no se verá como una del mismo tamaño pero con resolución 4K.

¿Qué pasará entonces con mis series y películas?

 

Una de las preguntas que más se escuchan sobre los televisores 4k es: ¿qué ocurre con todos los DVD y Blu Ray que ya tengo? Podremos seguir disfrutando de ellos, sin ningún problema. Además, en la mayoría de los televisores podremos beneficiarnos de esta nueva tecnología.
Al ser un televisor con más densidad tenemos dos opciones: verlo en Full HD como siempre o utilizando la tecnología de reescalado que incluye y se encarga de estirar la imagen para darle un aspecto de más definición.
Decimos estirar, pero no se trata de coger cada fotograma y, como si fuera masa, hacer que dé más de sí para que ocupe más superficie. Se trata de algo más sofisticado y que demuestra que los fabricantes se preocupan por este tipo de contenidos.
El reescalado se encarga de coger cada imagen y aplicarle diferentes procesos para interpolar la imagen (crear píxeles similares que no existen para hacerlo más grande) y dar una sensación parecida a la resolución 4K. No es exáctamente lo mismo, pero funciona muy bien.
Algunos fabricantes sacan mucho músculo en esta tecnología de reescalado, como la Samsung F9000 de este año. Resulta increíble ver cómo el chip que hay dentro del procesador puede darle mucha calidad a una serie o una película con sólo unos cuantos cálculos.
Por supuesto, el resto de televisores 4K no se quedan atrás y las propuestas de LG, Sony, Panasonic y Philips también son dignas de mención. En la variedad está el gusto y aunque es una tecnología pionera, tenemos mucho donde elegir.

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